Una vez más un simple recuerdo de lo que algún día fue.
Una tumba, una cruz, una imagen junto a muchas otras a lo largo de la carretera costera que se extiende de norte a sur, desde Colombo hasta Galle y serpentea de forma continua contorneando el país.
No estoy segura de cuantas personas habían perdido su vida en aquellas aguas que crecieron descontroladamente alguna vez.
Mi recorrido no fue suficiente para poder afirmar donde el daño había sido más importante. No estoy segura lo que había pasado, ni como, solo que todavía podías encontrar sus huellas.